Inmediatamente después de volver de la oficina, agarré a mi gordita esposa persa y empecé a acariciarle sus grandes y jugosas tetas. Acariciarlas me puso la polla más dura. Así que me follé su jugoso coño a cuatro patas. Luego se subió encima de mí y me montó la polla. También me la follé de lado en la cama.
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