Mi vecina rubia y con curvas se me acercó y me preguntó si podía usar mi ducha. No quería parecer grosero, así que dije que sí. Después de que mi vecina usó mi ducha, me arrastró a mi habitación, me empujó sobre la cama y montó mi polla como una vaquera cachonda. Mi vecina curvilínea también me deja acariciar sus grandes tetas.
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